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Bitcoin alcanzó unos impresionantes 105.700 $, reaccionando a la noticia de una reducción temporal de los aranceles comerciales entre las dos mayores economías del mundo. Este salto fue efímero: las cotizaciones volvieron a situarse en torno a los 104.500 dólares, lo que refleja la rápida reacción del mercado a los cambios macroeconómicos.
La razón de la volatilidad fue el anuncio de una suspensión de 90 días del enfrentamiento arancelario: durante este periodo, las dos partes acordaron relajar significativamente los aranceles sobre el comercio mutuo. Esto desencadenó una respuesta inmediata de los criptomercados, donde cualquier señal de estabilización del entorno económico internacional se percibe tradicionalmente como condiciones favorables para el crecimiento de los activos de riesgo.
Los analistas atribuyen la incipiente demanda de Bitcoin no sólo a una reacción a una transacción concreta, sino también a una reducción general de la incertidumbre, que hace que los activos digitales resulten más atractivos para los agentes institucionales. Según Jeff May, director de operaciones de BTSE, estos movimientos podrían acelerar los flujos de capital hacia las criptodivisas, especialmente en medio de las expectativas de una posible relajación de la política monetaria. Una postura similar mantiene HashKey Capital, que considera que esta diplomacia es un factor para aumentar la confianza en formas alternativas de inversión.
Sin embargo, no todos los participantes en el mercado son tan optimistas. Un operador bajo el seudónimo de Daan Crypto cree que en cuanto desaparezca el motor en forma de tensiones comerciales, puede producirse una corrección. Desde su punto de vista, Bitcoin ha ganado impulso precisamente por la incertidumbre global, y su desaparición puede enfriar temporalmente el interés por el activo.
Los indicadores técnicos también muestran un panorama mixto en estos momentos. Según las observaciones de Vincent Liu, de Kronos Research, Bitcoin se mantiene con seguridad por encima de sus medias móviles de 50 y 200 días, lo que indica un fuerte impulso alcista. Dicho esto, el Índice de Fuerza Relativa (RSI), como señala Rachel Lucas de BTC Markets, indica condiciones de sobrecompra. Esto puede no significar una reversión inmediata, pero sí señala una posible pausa o movimiento lateral.
En el contexto de la subida de la criptomoneda principal, algunas altcoins mostraron una dinámica aún más pronunciada. Dogecoin y Ethereum crecieron casi cuatro veces más que Bitcoin, sumando alrededor de un 40% durante la semana. Esto reforzó la opinión de que el capital se está desplazando hacia las altcoins, un fenómeno tradicional en las primeras fases de una tendencia alcista.
El aumento del dominio de Bitcoin hasta niveles anteriores a la meteórica subida de 2021 confirma el inicio de una nueva fase del mercado. En este contexto, los analistas de Presto Research creen que la rotación de activos ya ha comenzado, y los inversores empiezan a reasignar más activamente sus carteras en favor de monedas de segunda fila.
Las estructuras financieras tampoco se han quedado al margen. En una reciente previsión, Standard Chartered pronosticó el crecimiento de Bitcoin hasta los 120.000 dólares en el cuarto trimestre del año, lo que añade confianza a quienes consideran la criptodivisa como una inversión a largo plazo en una economía mundial cambiante.