Bitcoin al borde del punto de ruptura: por qué defender el nivel de 90000 dólares determina el destino del mercado para 2026

Mike Smith 2025-12-09

La dinámica actual del mercado de la principal criptodivisa provoca sentimientos encontrados en la comunidad profesional, que van desde el optimismo cauteloso a la ansiedad oculta sobre las perspectivas a medio plazo del activo. Según los últimos informes bursátiles, el índice de precios de Bitcoin mostró un descenso del 0,71%, fijándose en 90807 dólares. Este movimiento interrumpió la serie de crecimiento local de dos días, obligando a los operadores a recurrir de nuevo al análisis de las métricas fundamentales. A primera vista, una fluctuación del 1% puede parecer un error estadístico, pero en el contexto del periodo histórico actual, adquiere un peso especial. Asistimos no a una corrección ordinaria, sino a la culminación de un año difícil y agotador que, en contra de muchas expectativas, corre el riesgo de cerrar en la zona roja.

Un análisis en profundidad de la estructura de precios muestra que el mercado aún se está resintiendo de los efectos de la euforia de octubre de 2025, cuando se alcanzó un máximo histórico de 126.272 dólares. Desde entonces, el activo ha perdido más del 28% de su valor, entrando en una fase de corrección bajista clásica dentro de una tendencia alcista global. La consolidación actual en torno al nivel de 90000 $ no es sólo una lucha por un bonito número redondo, sino la defensa de una zona crítica de liquidez. Aquí es donde se centran los intereses de los grandes actores institucionales, que han estado construyendo sus posiciones desde finales de 2024. Una ruptura a la baja de este soporte podría desencadenar una cascada de órdenes de stop y, como consecuencia, la liquidación de posiciones marginales por valor de miles de millones de dólares, lo que haría retroceder al sector a los valores de hace año y medio.

Especialmente preocupante es la rentabilidad interanual, que actualmente se sitúa en un 2,79% negativo. Para un activo que tradicionalmente se percibe como cobertura de la inflación y generador de exceso de rentabilidad, cerrar el año con pérdidas supone un duro golpe reputacional. Una comparación con el mismo periodo del año pasado no hace sino añadir dramatismo a la situación: el precio actual está un 5,59% por debajo de los valores de diciembre de 2024, cuando Bitcoin cotizaba por encima de los 96.000 dólares. Esta estadística echa por tierra la narrativa popular del “crecimiento perpetuo” y obliga a los inversores a reconsiderar sus estrategias de gestión del riesgo. Vemos cómo el mercado se limpia de espuma especulativa, dejando en el juego sólo a los tenedores más resistentes, dispuestos a tolerar la volatilidad en aras de objetivos a largo plazo.

El panorama técnico en los marcos temporales diario y semanal indica la formación de un patrón de incertidumbre clásico. Los indicadores de impulso señalan sobreventa, pero la ausencia de compras agresivas por parte de las “ballenas” no permite que el precio desarrolle un rebote en toda regla. Los volúmenes de negociación están disminuyendo, lo que es típico de los periodos de apatía y espera. Los participantes en el mercado, como si contuvieran la respiración, esperan un desencadenante capaz de determinar el vector de movimiento para el primer trimestre de 2026. Ese detonante podría ser un cambio en la retórica de los reguladores con respecto a los activos digitales, así como cambios macroeconómicos en los mercados bursátiles tradicionales, cuya correlación ha vuelto a aumentar en los últimos meses.

Tampoco puede ignorarse el aspecto psicológico del comercio actual. La presencia prolongada del precio en el rango por debajo de los 100.000 dólares crea un efecto de acostumbramiento a niveles “bajos”, lo que es peligroso para el sentimiento alcista. Si los compradores no muestran iniciativa en las próximas sesiones y no vuelven a situar las cotizaciones por encima de la marca psicológicamente importante de 95000 $, la iniciativa podría pasar finalmente a los osos. En este escenario, corremos el riesgo de ver una tendencia lateral prolongada que agotará incluso a los inversores más pacientes. Por otro lado, la historia de Bitcoin nos enseña que es en los momentos de máximo pesimismo cuando nacen los impulsos de crecimiento más potentes. La calma actual puede resultar ser precisamente el silencio antes de la tormenta que barrerá a los cortos y abrirá el camino a nuevas cotas.

Ahora el sector se encuentra en un punto de bifurcación. Por un lado, el peso de los problemas acumulados y la decepción por las esperanzas incumplidas de la “luna” a finales de 2025; por otro, la fuerza fundamental de la red y la inevitabilidad de la digitalización de las finanzas mundiales. Los próximos días responderán a la pregunta principal: ¿es el precio actual de 90.807 dólares el fondo desde el que salir, o es sólo una parada temporal antes de sumergirse en capas más profundas de corrección del mercado?