Ethereum cobra impulso: los inversores institucionales están cambiando sus prioridades.

Mike Smith 2025-05-29

Los principales actores del mercado de criptomonedas se centran en el rápido crecimiento de Ethereum. Los datos analíticos de los mercados de futuros y opciones indican una notable reorientación del capital de Bitcoin a ETH. Según Omkar Godbole, coeditor gerente de CoinDesk, esta dinámica indica un posible cambio en el equilibrio de poder entre los activos digitales.

La mayor plataforma de derivados, Deribit, registra compras activas de opciones de compra (call) sobre Ethereum, mientras que los indicadores de riesgo para Ether muestran una tendencia alcista más pronunciada que para BTC. Esto sugiere que los participantes del mercado apuestan cada vez más por el segundo mayor criptoactivo por capitalización.

Los indicadores de interés abierto refuerzan esta señal. El Chicago Mercantile Exchange ha registrado un aumento del 186 % en el volumen de futuros de ETH desde principios de abril, hasta los 3150 millones de dólares. Además, el crecimiento se ha acelerado significativamente en las últimas dos semanas. A modo de comparación, el mismo indicador para Bitcoin ha crecido un 70 % y alcanzado los 17 000 millones de dólares, pero recientemente se ha mantenido estable sin mayor expansión.

Las primas de los futuros mensuales confirman esta afirmación: según Velo, los contratos de ETH se negocian con una prima anual del 10,57%, la más alta desde enero. Los derivados de BTC parecen menos atractivos en este contexto, con un 8,74%.

Las tasas de financiación de contratos perpetuos también favorecen a Ethereum. En plataformas offshore, se acercaron al 8%, mientras que Bitcoin se mantiene por debajo del 5%. Esta es otra señal indirecta de que la actividad inversora se inclina por Ethereum.

Cabe destacar que, a mediados de mayo, los analistas de Bernstein identificaron tres factores clave que contribuyen al crecimiento de Ethereum. Si bien los detalles de estos factores escapan al alcance de este análisis, su influencia, a juzgar por las métricas actuales, ya se percibe en la asignación de capital y en la estructura de las transacciones de derivados.