Etiopía ha implementado un modelo único para utilizar la energía de la presa más grande de África, la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), dirigiendo recursos a la minería de Bitcoin. Este enfoque permite el uso eficiente del exceso de energía hidroeléctrica y abre nuevas oportunidades económicas.
La Corporación de Energía Eléctrica de Etiopía (EEP) encabezó el proyecto monetizando el excedente de energía que de otro modo no se utilizaría. Según Hiwota Eshetu, director de marketing y desarrollo empresarial de EEP, la situación actual se ha convertido en una situación en la que todos ganan: el país recibe fondos para el desarrollo de la red energética y los mineros reciben una fuente de energía estable y asequible.
Hasta la fecha, Etiopía se ha asociado con 25 empresas mineras, generando 55 millones de dólares en ingresos para el estado durante los últimos 10 meses. El atractivo de este negocio se ve reforzado por las bajas tarifas eléctricas: alrededor de 3,2 centavos por kilovatio-hora, lo que distingue al país de sus competidores.
La inversión internacional en este sector está atrayendo especial atención. Por ejemplo, BIT Mining, una de las grandes empresas, adquirió una granja minera de 51 MW, lo que fortalece aún más la posición de Etiopía en el ámbito de las criptomonedas.
La demanda de electricidad de las empresas mineras ya ha alcanzado los 600 MW y las previsiones prometen un mayor crecimiento. La expansión de esta industria podría aumentar la participación de Etiopía en el hashrate global al 7%, convirtiéndolo en uno de los principales actores del mercado.
La minería de Bitcoin se está convirtiendo en una parte importante de las estrategias energéticas globales. Por ejemplo, el Parque Nacional Virunga en la República Democrática del Congo utiliza los ingresos de la minería para iniciativas ambientales, manteniendo la infraestructura y financiando los salarios de los empleados.
En otros países africanos, como Kenia y Zambia, la minería está impulsando el desarrollo en regiones remotas al conectarlas a fuentes de energía renovables. Sin embargo, al mismo tiempo, existe una creciente preocupación por la posible explotación de las capacidades energéticas de la región por parte de grandes corporaciones de criptomonedas.
Para proteger sus propios recursos energéticos, algunos países ya están tomando medidas estrictas. Por ejemplo, Angola introdujo una prohibición de las actividades de las empresas mineras para mantener su seguridad energética.
Sudáfrica, por el contrario, demuestra un enfoque más flexible, obligando a los mineros a declarar ingresos y pagar impuestos. Esto permite al país regular el mercado manteniendo un equilibrio entre los beneficios económicos y el desarrollo sostenible.