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El pulso de la red Bitcoin se ha acelerado de nuevo, con la potencia de procesamiento agregada superando la marca de 1,05 ZH/s y, en respuesta, el protocolo ha aumentado la dificultad de minado en un 5% hasta un récord de 150,84 T, el séptimo aumento consecutivo. Cada 2.016 bloques, el algoritmo se ajusta para mantener el tiempo medio de búsqueda de un bloque en unos diez minutos, y la ronda actual ilustra la rapidez con la que se están incorporando nuevas máquinas.
Aumentar la tasa de hash aumenta la seguridad de la cadena, pero convierte la búsqueda de un bloque en una carrera más cara. Esta presión queda patente en la métrica del precio del hash: los ingresos de un minero por unidad de energía. La métrica ha vuelto a caer por debajo de los 50 dólares por PH/s, aunque en verano, cuando Bitcoin subió brevemente por encima de los 118.000 dólares, el valor llegó a alcanzar los 52 dólares. Ahora hay una presión simultánea por el aumento de la complejidad y la debilidad de las comisiones, que siguen en mínimos de varios años.
Como resultado, los mineros buscan margen de maniobra. En teoría, hay tres palancas que pueden ayudar: el crecimiento de las comisiones, un nuevo repunte del precio de la moneda o una ralentización del crecimiento del hashrate. Aunque los dos primeros factores aún no se han manifestado plenamente, algunos actores están eliminando rápidamente las instalaciones ASIC obsoletas y cambiando a modelos más eficientes energéticamente, mientras que otros están firmando contratos a largo plazo para obtener un suministro eléctrico barato.
Los inversores, por su parte, reaccionan con más optimismo. En el contexto de la subida de octubre de la principal criptomoneda, las acciones de las principales empresas no dejan de crecer: las cotizaciones de Cipher Mining en el mes sumaron más de un 51%, Bit Digital subió un 25% y Marathon Digital se disparó casi un 16%.
Al mismo tiempo, la próxima reducción a la mitad, prevista para la primavera de 2026, se vislumbra en el horizonte. Cuando la recompensa por bloque se reduzca a la mitad, la economía de la minería será aún más ajustada. Los analistas esperan que algunas granjas ineficientes cierren voluntariamente, pero la tasa de hash agregada puede seguir siendo alta gracias a la introducción de los modernos chips de 7 nanómetros y a las fuertes entradas de capital de inversores institucionales que buscan una participación en la nueva ronda del ciclo.
Mientras tanto, los expertos recuerdan que los récords de complejidad suelen presagiar nuevas innovaciones en el sector. Las mejoras en los sistemas de refrigeración, la optimización del firmware y la búsqueda de fuentes de energía no convencionales pueden compensar en parte la disminución del “tanque de oxígeno” financiero de una minera.
No todo el mundo puede resistir esta carrera a la baja, y el mercado está eliminando gradualmente a los participantes más débiles al tiempo que refuerza la estabilidad de la red. A medida que el ecosistema madura, la minería está pasando de ser una fiebre del oro a una industria de alta tecnología en la que el arma principal es la eficiencia y la voluntad de cambiar con rapidez.