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Bitcoin Standard Treasury Company ha anunciado su intención de salir a bolsa mediante una fusión con Cantor Equity Partners I, un “cheque en blanco” creado por financieros de Cantor Fitzgerald. Tras el cierre de la operación, la nueva estructura tendrá más de 30.000 BTC en su balance, y la empresa solicitará cotizar en el Nasdaq de Nueva York este otoño bajo el ticker BSTR.
El plan está diseñado para recaudar hasta 1.500 millones de dólares en una ronda PIPE, lo que situaría a BSTR instantáneamente entre los mayores tenedores corporativos de un activo digital. Según las estimaciones preliminares, las acciones totales de la empresa superarán los 3.600 millones de dólares en las cotizaciones actuales. La clasificación de emisores que colocan capital en la primera criptodivisa está encabezada actualmente por Strategy, pero la aparición de otro peso pesado podría redistribuir el foco de la demanda institucional.
El paso a un modelo de bóveda corporativa ha supuesto una nueva página para el sector, con más de 200.000 BTC añadidos a los balances de emisores públicos en el último año y medio. Michael Shulman, socio de Running Point Capital Advisors, señala que para las family offices, las cotizaciones de bitcoin sirven como una especie de prueba de resistencia: si un activo puede soportar la volatilidad, la empresa que lo explota demuestra al mercado la estabilidad de su propio modelo de negocio.
El contexto para el debut es favorable: el 14 de julio, el precio del bitcoin superó por primera vez los 120.000 dólares, y desde principios de año ha crecido más de un 26%. Los inversores cuentan con la inminente aprobación de la ley federal sobre monedas estables, que reforzará el panorama legal del sector y eliminará algunos de los riesgos regulatorios. En este contexto, la capitalización del mercado de criptomonedas alcanzó los 3,8 billones de dólares y marcó un máximo histórico.
Cantor Fitzgerald ya ha conseguido declarar sus ambiciones en criptodivisas: en primavera, se asoció con SoftBank y el emisor de la mayor stablecoin, comprando bitcoins por 3.600 millones de dólares. El actual acuerdo SPAC es una continuación lógica de la estrategia: el acceso al mercado abierto de capitales acelera el escalado de la criptomoneda sin vender el activo subyacente y sin tener que emitir nuevos títulos de deuda a un tipo inflado.
El formato SPAC elude el largo embudo de una OPV clásica: la auditoría, la comercialización y las aprobaciones reglamentarias llevan meses en lugar de años. El equipo de Cantor está dirigido por Brandon Latnick, cuya familia es conocida por su trabajo en banca de inversión y comercio; las sinergias con la infraestructura del broker-dealer darán al proyecto acceso inmediato a una amplia red de liquidez e inversores institucionales.
Los analistas prestan atención al componente de gobernanza. El rumbo hacia las reservas de bitcoin no es tanto especulativo como destinado a aumentar la transparencia: la cotización diaria del activo facilita la evaluación de la tesorería, y los movimientos de los monederos son visibles en la blockchain. Para los titulares de bonos y acciones, esto significa informes digitales en tiempo real, y para los gestores, una nueva disciplina de tesorería.
Si la operación se cierra en el cuarto trimestre, el ticker BSTR podría ser un indicador de cómo está cambiando la actitud de Wall Street hacia las materias primas digitales: en los próximos meses quedará claro si las “acciones bitcoin” de las empresas se considerarán una cobertura contra la inflación o un factor de riesgo.