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Vitalik Buterin, junto con el investigador Tony Warstetter, ha sometido a debate el borrador EIP-7983, que propone limitar la cantidad máxima de gas para una única transacción a 16.777.216. Ahora, recordemos, teóricamente cualquier transacción puede absorber todo el límite de bloques, creando un desequilibrio de carga y complicando la vida a los validadores.
Los límites difusos del “gas” convirtieron el procesamiento de grandes contratos en un proceso impredecible. Cuando una sola transacción se comía hasta el 100% de un bloque, los motores paralelos no conseguían distribuir los cálculos de forma uniforme: algunos núcleos estaban inactivos, otros trabajaban al límite, y la producción de la prueba de concepto zkVM se alargaba durante minutos. El desajuste repetido provocaba picos de comisión y empujaba a los desarrolladores a romper manualmente llamadas complejas.
El tope propuesto fija el nuevo límite superior por una razón. El grado 2⁴² proporciona una división binaria uniforme, lo que facilita el sombreado posterior y simplifica los cálculos en las implementaciones cliente. Los ingenieros lo comparan con la transición de un consumo incontrolado de RAM a cuotas estrictamente definidas en los servicios en la nube: el rendimiento de los hilos individuales desciende solo ligeramente, pero la previsibilidad se multiplica.
Los argumentos a favor de un límite estricto están respaldados por las estadísticas: la inmensa mayoría de las operaciones ya caben en 2-3 M de gas. La lista crítica de excepciones es reducida: despliegue de protocolos DeFi complejos, migraciones de multisig antiguos y puentes L2 poco frecuentes. Los autores confían en que incluso estos casos se adapten sin problemas a la división. Además, el límite elimina una barrera para el paralelismo futuro, en el que un bloque constará de hilos de tamaño fijo, lo que es importante para la arquitectura modular de Ethereum.
Los analistas bursátiles señalan que la discusión sobre los 16,7M coincidió con un aumento del interés abierto en las apuestas: los validadores institucionales están aumentando la cuota de liquidez que facturan, contando con mejoras preventivas para reducir los riesgos latentes. Los operadores, por su parte, se centran en la volatilidad de las comisiones: el tope de gas elimina las transacciones “punta” que solían disparar las comisiones base y quemar dólares en las carreras de MEV.
Sin embargo, el efecto de valor va más allá del ahorro. Un marco rígido convierte la blockchain en una construcción estandarizada, y esto es clave para la adopción masiva de implementadores paralelos. Si el EIP-7983 pasa las auditorías y consigue que los desarrolladores del núcleo se pongan las pilas, las siguientes actualizaciones de Proto-Danksharding podrían llegar a la red central más rápido porque no tendrán que establecerse para casos límite indefinibles.
El borrador ya está abierto a una amplia revisión. Los responsables de la comunidad esperan recibir comentarios en agosto, tras lo cual el comité AllCoreDevs decidirá si la propuesta se incluirá en el hardfork de otoño. Mientras se forman las posturas, los responsables de infraestructuras prueban cargas de trabajo artificiales y los grandes grupos de filetes miden el ahorro potencial de hardware. Hacía mucho tiempo que el sector no escuchaba una métrica tan concreta capaz de aunar los intereses de inversión e ingeniería.